miércoles, 2 de enero de 2013

El mundo de las hormigas


Para alguien que ha nacido y vivido en una capital las ciudades de provincias son casi como pueblos. Para alguien que ha nacido y vivido en una capital europea, vivir en una capital de provincias oriental es como estar atrapado en un pueblo descomunal, gigante y megapoblado sin ninguna de las ventajas de la gran ciudad.

Para alguien que ha nacido en una capital europea vivir en una ciudad de provincias oriental es como estar siempre en Preciados el día de Reyes. Es mentalizarse a ser aplastado y sobado casi cada vez que se sale a la calle. Es como ser miembro de un hormiguero al que no perteneces, sin espacio, sin aire y con problemas para andar, moverte o respirar.

Las ciudades de verdad tienen submundos ocultos reservados para los de su especie, sin embargo, en las megalópolis pueblerinas llenas de granjeros (según un parisino, yo como madrileña evito la palabra "granjero" en lugares donde no hay campo, vacas o similares) no hay submundos, solo lugares y situaciones dudosas que por diferencias culturales nunca sabes dilucidar o peor aún, no quieres.

De vez en cuando te tocan el pelo en los autobuses, o escuchas "americano" y piensas "¿yo?", te hacen fotos con o sin permiso que luego cuelgan en internet, miran tu ropa, huelen tu perfume, algunos se atreven a hablarte o lo mejor, cuando llegas al banco se ponen rojos porque una mujer blanca les ha sonreído. A veces te ríes, otras te acuerdas de toda su familia, otras te preocupas y preguntas a tus amigos "¿no parezco europea?" Y el mundo continúa en una ciudad de provincias con más habitantes que Madrid, con un solo museo, tres cines y cientos de centros comerciales...

1 comentario:

  1. Debe ser todo tan diferente... sigo pensando que eres una valiente por haberte atrevido a experimentarlo. Feliz año Gayatri!!!Y ya me contarás de dónde viene lo de Gayatri, que me muero de curiosidad!!!jejeje. Besitos

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