martes, 29 de enero de 2013

Principios

Todos los principios son interesantes. Te fascinan y embrujan. Te empujan hacia delante emocionándote y haciéndote sentir vivos y sin embargo, a la mitad del camino, te sientes cansado porque ya no es emocionante y deja de tener sentido, dejas de luchar, te rindes y pasas a otra cosa. 

lunes, 28 de enero de 2013

Lo que tú eres



Eres el palpitar de una guitarra, la luz que ilumina Gran vía, la Luna que altera las mareas, todos los mundos posible y todas las estrellas olvidadas. Eres el océano y la oscuridad de mi alma, el olor de la tierra mojada, el tacto de la seda, la sonrisa de todos los recuerdos, la mirada inquisidora, la lluvia inesperada, el amargor del limón en la boca, el olor del mar, las cervezas bien frías, caminar por Roma, el frío que hiela las ideas, descubrir algo nuevo, coger el metro vacío, encontrar la parada de autobús, andar en tus zapato, alcanzar Nueva York, sentir el agua helada deslizándose por la garganta, re-descubrir a Warhol en Hong Kong, bailar hasta el amanecer, dormir doce horas seguidas, comprar a lo loco, reír sin motivo, llorar de felicidad, saber que estás ahí... Eso es lo que eres. 

jueves, 24 de enero de 2013

RESACA


No sabes lo que es importante hasta que lo has perdido, hasta que lo añoras y comprendes la importancia de lo cotidiano, de aquello que al darse por hecho no se valora. No sabes lo importante que es lo que se da por hecho, hasta que la lógica de tu mundo cambia y tú, cambias con ella.

No sabes lo importante que es todo lo que se pierde hasta que lo recuperas por un leve instante, y piensas que no eres el único así, que tu lógica no es única, que otros ven el mundo como tú.

Al regresar a lo cotidiano que no sigue tus normas piensas: ¿qué está pasando? ¿por qué me gritan? ¿por qué no hacen cola en el autobús? ¿por qué comen en todas partes?¿por qué los coches no respetan los semáforos? ¿por qué los peatones se juegan la vida cada vez que salen de casa? ¿por qué todo?

Y así descubres cómo añoras las normas, las leyes, la urbanidad, la "civilización". Y sabes que esas normas no están para "romperse", descubres que ya no eres un rebelde sin causa, que odias que la gente se salte las leyes que nunca cuestionas y te das cuenta que has perdido la osadía de la juventud, que ya eres adulto y aburrido y que valoras la higiene y la educación. Te das cuenta de que aprecias los precios fijos, los baños desinfectados, las áreas de fumadores, la higiene bucal, el olor a perfume, el silencio de los coches, los platos impolutos, los semáforos, los límites de velocidad...

jueves, 17 de enero de 2013

Rascacielos y vértigo



Las gigantes urbes de cristal y acero se han convertido en una constante en mi vida que ya no puedo evitar. Me atraen de manera inconsciente mientras pienso en sus estructuras verticales que alcanzan el cielo y sus luces nocturnas que llaman a la locura y la vida.

Siempre había pensado que eran tan artificiales como modernas, guetos y subguetos estructurados a la imagen y semejanza de las soberbia del hombre del s. XX.

Sin embargo, desde que subí al Empire State no puedo olvidar la sensación irracional de casi alcanzar el cielo desde un ascensor, sin esfuerzo aparente. Ahora, me obsesionan esas inmensas torres. Mañana nos encontraremos de nuevo.

lunes, 14 de enero de 2013

Sucede



Sucede que a veces me canso de ser mujer,
de no poder pasear por las calles por la contaminación asfixiante,
de no poder ver los edificios de enfrente,
de no poder sentir la luz incandescente del sol-luna.

Sucede que a veces me canso de ser mujer,
me canso de corregir exámenes descabellados,
de repetir que Pikachu es un pokemon
de repetir que no es un poeta italiano.

Sucede que a veces me canso de caminar por calles excesivamente pobladas,
de sentir el ancestral olor del tofu o del humo
del tabaco apestando la ropa, el pelo y como no,
de vivir con el pánico constante de ser atropellada por un coche.

Sucede que a veces me canso de la humanidad que me rodea,
de la masa deforme de bicicletas que salen de cualquier parte,
del humo de las chimeneas en cualquier lugar,
de ver las nucleares a las salidas de la ciudades.

Sucede que a veces me canso de mí misma,
de ser masa deforme fotografiada y clickeada en cualquier web,
de tener que esconderme, ocultarme o defenderme,
de saber que hablan de mí y no entender todo lo que dicen.

Sucede que a veces, me canso de ser analfabeta,
de no poder leer o escribir o de tener que pedir socorro,
de tener un móvil siempre en la mano derecha
y un ordenador en la izquierda.

Sucede que me canso de no poder comprar libros,
de no sentir versos infames acariciando mi boca,
las palabras rumiantes que valoran un mundo,
el vacío existencial de la nada.

Sucede que a veces, me canso de todo,
de las tiendas, los supermercados,
los alumnos, de hablar inglés, de no entender chino,
de no poder hacer lo que quiera, de dar partes del tiempo,
de no saber qué me dicen, qué quieren,
del desorden, del caos,
y lo que es peor, a veces me canso
porque no me importan todas esas cosas.


domingo, 13 de enero de 2013

¡¡¡¡¡¡Los asiáticos y las mujeres blancas!!!!!


Una de las obsesiones de todo asiático, quiero decir chinos, coreanos y japoneses, son las mujeres de piel blanca. Para demostrarlo, miles de productos de belleza blanquean la piel y las mujeres me persiguen por el Watson para comprar el mismo producto que yo. Y yo compro todo lo contrario, maquillajes, bronceadores, cremas solares...

Nada más extraño que cuando un chino intenta hablar con una mujer blanca. Se ponen nerviosos, se ríen, se ponen rojos, no saben a donde mirar o qué decir, e incluso olvidan porqué te hablaron en un primer momento. Y si les sonríes, no hay tierra en la que esconderse.

Entre medias, siempre alguien te hace una foto o se la hace contigo, te piden el teléfono para no llamar o intentan emborracharte en las cenas de empresa. Todo infructuoso, ellos siempre se emborrachan antes.

martes, 8 de enero de 2013

ESCAPAR

Hasta ahora, siempre he escapado de la vida porque en ese momento no podía soportarla, pero los motivos eran diferentes. Escapaba de problemas que me amargaban la existencia, de personas que me robaban la luz interior y consumían mi energía vital. Estos días he descubierto un nuevo motivo de huida, algo que sospechaba pero que nunca pensé que fuese tan cruel: la vida con temperaturas entre -5º y -20º es ya insoportable. Cada vez que salgo a la calle descubro nuevos músculos de cuerpo que se entumecen, noto como se congelan las lentillas y la segunda piel térmica (gracias a dios por lo tecnología japonesa) es una rutina, por no hablar de los zapatos forrados de piel. Cada mañana cuando me levanto, ya no pienso en el café sino en ¡HUYE, ESCAPA, COGE UN AVIÓN A UN LUGAR A 20º! Sueño con palmeras y playas y me mentalizo cada vez que tengo que salir a la calle, ya que el hielo perpetuo se ha apoderado de las aceras que parecen pistas de patinaje. Los Reyes Magos me han regalado una botella de vodka, para que alegrarme en enero, pero no hay vodka suficiente que solucione esto. No sé qué más hacer, echo de menos el verano, el mes de agosto y los inviernos suaves...

sábado, 5 de enero de 2013

La vida sin ti



A veces, da igual el tiempo y las historias, solo de vez en cuando y en determinados instantes de insomnio injustificado o silencios infinitos que alargan los minutos, recuerdo aquella otra vida que no existe. Recuerdo a la yo de entonces y todo aquello que quería, aunque no sé muy bien porqué. Supongo que lo olvidé por el camino. Recuerdo los sueños de entonces, tan distintos a los de ahora, esos sueños que parecían fáciles y que en la actualidad comprendo que no eran para alguien como yo, para alguien como mi yo presente. Contemplo lo que fue, lo que pudo haber sido, lo que es y veo la vida sesgada que todos conseguimos, y la otra mitad, la que perdimos entre locuras, abrazos, besos, estaciones de metro, tiritas o sueños rotos, es decir, todo lo que quise, lo que quisimos para nosotros o para ti, conforma casi otro ser, otra persona a la que mirar en el espejo, un reflejo que es pero no es, que se borra y difumina, existente para recordar lo que no quise, lo que no quisimos. 

miércoles, 2 de enero de 2013

El mundo de las hormigas


Para alguien que ha nacido y vivido en una capital las ciudades de provincias son casi como pueblos. Para alguien que ha nacido y vivido en una capital europea, vivir en una capital de provincias oriental es como estar atrapado en un pueblo descomunal, gigante y megapoblado sin ninguna de las ventajas de la gran ciudad.

Para alguien que ha nacido en una capital europea vivir en una ciudad de provincias oriental es como estar siempre en Preciados el día de Reyes. Es mentalizarse a ser aplastado y sobado casi cada vez que se sale a la calle. Es como ser miembro de un hormiguero al que no perteneces, sin espacio, sin aire y con problemas para andar, moverte o respirar.

Las ciudades de verdad tienen submundos ocultos reservados para los de su especie, sin embargo, en las megalópolis pueblerinas llenas de granjeros (según un parisino, yo como madrileña evito la palabra "granjero" en lugares donde no hay campo, vacas o similares) no hay submundos, solo lugares y situaciones dudosas que por diferencias culturales nunca sabes dilucidar o peor aún, no quieres.

De vez en cuando te tocan el pelo en los autobuses, o escuchas "americano" y piensas "¿yo?", te hacen fotos con o sin permiso que luego cuelgan en internet, miran tu ropa, huelen tu perfume, algunos se atreven a hablarte o lo mejor, cuando llegas al banco se ponen rojos porque una mujer blanca les ha sonreído. A veces te ríes, otras te acuerdas de toda su familia, otras te preocupas y preguntas a tus amigos "¿no parezco europea?" Y el mundo continúa en una ciudad de provincias con más habitantes que Madrid, con un solo museo, tres cines y cientos de centros comerciales...