Desesperanzas

Hoy me he levantado pensando que lo tenía todo...
Después me he dado cuenta de que era un sueño....

MADRID

La ciudad con sus múltiples caras,
deforme y perfecta,
única e inigualable... 


Fría, helada, congeladora
en ese oscuro conglomerado de gente,
de masa oscura que te habita.


Esa oscuridad que me captura y atrapa,
que me arrastra, siempre.

Madrid del alma.

Oasis en el desierto

Saber lo que se quiere, es tan chocante para los que sólo sabemos lo que no queremos, que produce una enajenación profunda por desconocimiento...

Re-encontrándome

Hoy me he re-descubierto. 



Soy yo plenamente, recuerdo lo que quiero, lo que siempre he querido... Cómo he querido vivirlo y cómo quiero seguir viviendo. No hay escollos en el camino, ni dolores de cabeza que me hagan dudar, ni dudas transmitidas por otros.


Hoy soy plenamente yo.

VERONA

   Cuando un lugar es especial y destila encanto por sus calles, la verdad es que hay pocas palabras que alcancen para expllicarlo; y si además está en Italia, tampoco las imágenes le harán justicia, pues hay que encontrarse en las plazas de Verona para sentir esa pequeña ciudad con intensidad. 

   Entre ruinas romanas y palacetes medievales, Verona embruja a sus visitantes. El exterior de la ciudad es fabuloso y deslumbrante, con una riqueza arquitectónica  forjada a través de sucesivas épocas. El interior de castillos, palacios, iglesias y el Arena, muestran una ciudad rica culturtalmente hablando. Sin embargo, lo más impresionante de todo es la ciudad en si misma, las vistas que no puedes dejar de mirar, los puentes, la ribera del río, los restos romanos...

   Más barato que otros destinos turísticos italianos (no las tiendas que son todas de marcas), los precios de comida y bebida son bastante razonables y además, hay una tarjeta, Verona Card, que permite la entrada a todos los museos e iglesias por 10€ un día, 15 tres. 

    En cuanto a todo lo que rodea a Romeo y Julieta, lo voy a reducir mejor a Julieta, hay que decir que es un timo. La tumba puede ser de cualquiera y está muy mal cuidada y la casa de Julieta tiene la gracia de dejar la carta a Julieta (ahora es posible mandar un e-mail) y asomarse al balcón. Ahora, hay mucha cola (demasiada) y es lo que está peor organizado. 

   Por todo lo demás, aconsejo los vinos de la zona (hay muchas bodegas y enotecas) y la comida, disfrutar de la ciudad y alojarse en el centro... 

   FABULOSA LA EXPIRIENCIA...

  

Carta a Julieta

Querida Julieta:

    Ya sé que tú no me conoces pero para mí eres casi una amiga que mora entre la ficción, la inmortalidad y la leyenda. Aunque no lo recuerdes, nos hemos visto en libros, escenarios, cines y televisión. A veces, ibas de blanco y negro; otras hablabas italiano y pese al color, tus ropas medievales resaltaban por su esplendor... La última vez, rodeada de pistolas y en un continente con el que ni siquiera habías soñado.

    Ahora, que me dispongo a visitarte y como tantos otros hicieron antes, debo escribirte y pedirte un consejos sobre el amor, pese a que atendiendo a tu destino (y no te enfades) considero que no deberías aconsejar a nadie. Ya sé que no había teléfonos, que los caballos no eran coches o motos... pero ¿en qué pensabas? 

   

   No sé si entiendes que la distancia generacional es demasiado grande entre nosotras y que al igual que yo no comprendo tu mundo, jamás lograrías entender el mío. Así que no quiero un consejo que no vas poder dar, sólo desearte que en la próxima de tus vidas (si es que todavía no la has vivido) consigas llegar a la vejez...   

    Siempre tuya y a la espera de noticas.... 


                                                                     Una Amiga

Donde habita... la felicidad

En un pub de Dublín,

en la capilla Sixtina,

paseado por París.

En una callejuela de Valleta,

en un avión,

caminando por Gran Vía.

En un concierto de Fito,

en un musical de Broadway,

abrazos en Atocha....

En la fortaleza de Oriente,

en San Bernardo,

conduciendo mi coche...

Agotador

Hacer las mismas cosas día tras día,

escuchar las mismas cosas,

hablar de los mismos problemas,

esperar las mismas palabras,

ansiar las mismas miradas,

añorar los mismo sentimientos

e iniciar cada día... las mismas horas.