Cuando un lugar es especial y destila encanto por sus calles, la verdad es que hay pocas palabras que alcancen para expllicarlo; y si además está en Italia, tampoco las imágenes le harán justicia, pues hay que encontrarse en las plazas de Verona para sentir esa pequeña ciudad con intensidad.
Entre ruinas romanas y palacetes medievales, Verona embruja a sus visitantes. El exterior de la ciudad es fabuloso y deslumbrante, con una riqueza arquitectónica forjada a través de sucesivas épocas. El interior de castillos, palacios, iglesias y el Arena, muestran una ciudad rica culturtalmente hablando. Sin embargo, lo más impresionante de todo es la ciudad en si misma, las vistas que no puedes dejar de mirar, los puentes, la ribera del río, los restos romanos...
Más barato que otros destinos turísticos italianos (no las tiendas que son todas de marcas), los precios de comida y bebida son bastante razonables y además, hay una tarjeta, Verona Card, que permite la entrada a todos los museos e iglesias por 10€ un día, 15 tres.
En cuanto a todo lo que rodea a Romeo y Julieta, lo voy a reducir mejor a Julieta, hay que decir que es un timo. La tumba puede ser de cualquiera y está muy mal cuidada y la casa de Julieta tiene la gracia de dejar la carta a Julieta (ahora es posible mandar un e-mail) y asomarse al balcón. Ahora, hay mucha cola (demasiada) y es lo que está peor organizado.
Por todo lo demás, aconsejo los vinos de la zona (hay muchas bodegas y enotecas) y la comida, disfrutar de la ciudad y alojarse en el centro...
FABULOSA LA EXPIRIENCIA...
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Adelante, no seas tímido...