sábado, 16 de marzo de 2013

Sueños

Ayer soñé que estabas muerto, lo soñé con tanta claridad que tuve miedo de mi propia mente. Me desperté con la horrible sensación de pensar que fuese verdad, de que ya no existieses, de que te hayas diluido más allá de mi mente. Sentí un dolor infinito y supe la verdad. Supe que todo estaba roto, que no hay salvación y que el mundo nunca es suficiente..

miércoles, 13 de marzo de 2013

Ficción o mentira

Vivo en un mundo en el que todos mienten por costumbre y ocultan la verdad. De  hecho, nadie censura la mentira y es aprobada como bien común para ocultar todo lo que nos rodea. Por consiguiente, todo es falso. Todo es cuestionable, todo tiene un precio y dos o más cara.

Vivo en un mundo en el que puedo mentir y nadie considera que haga algo mal. Es un mundo en el que nadie aprecia la verdad porque duele y prefieren la actuación y el teatro como remedio de la vida. Prefieren mentir y perder el tiempo, que sentir y respirar y tener amigos de verdad, de los que te cuidan.

Vivo en un mundo en el que mejor hombre es el que tiene un bmw y la mejor mujer es esquelética, de esas que se mata por no comer. Da igual como sean, da igual su corazón, su dolor, sus sueños o intimidad, porque lo que importa es lo que ven los demás. Lo que los envidian.

Vivo en un mundo falso en el que el mejor ser es el mentiroso que se cree su propia mentira. Es una lástima que yo no me crea ni las mías.

lunes, 11 de marzo de 2013

El 11 de marzo

El 11 de marzo de 2004, me desperté más tarde de lo habitual porque estaba en mi mes de prácticas de la carrera, de hecho era mi primera semana. En lugar de ir a Madrid como todos los días, en lugar de ir a Atocha como siempre, cogí el coche para ir en dirección contraria y encontrarme con un control de la guardia civil. Treinta minutos después, no más, no pude coger el móvil porque estaba hablando con un guardia, me llamó histérica una amiga desesperada, pensaba que podía estar muerta y se había asustado porque no pude coger antes el teléfono. Gritaba desesperada y dijo "tengo que seguir llamando". Llegué a las prácticas y nos miramos todos porque no sabíamos qué pasaba. Llamé a otros amigos, no todos aparecían.
Cuando cogía el teléfono solo decía "no te preocupes, estoy de prácticas y no tenía que coger el tren hoy". Pero otros muchos si lo hicieron y ahora sé que fue suerte, que muchos la tuvimos, y que el mundo nunca ha vuelto a ser el mismo. Todavía sueño con los trenes malditos y al menos una vez al año pinso que pude ir dentro de uno de ellos.

jueves, 7 de marzo de 2013

Muletas

Como habitante del s. XXI necesito demasiadas cosas para mi vida diaria. Son objetos creados por mentes racionales sin los que no podría vivir por unos motivos o por otros.
Cuando era pequeña, cuando era una niña y vivía en el s. XX, no los necesitaba. Simplemente no existían o estaban al alcance de unos pocos. Entonces, usaba papel y lápiz, leía libros de papel, tenía sacapuntas y borradores, mandaba cartas reales de aquellas que se escribían en papeles bonitos y que tardaban semanas en llegar. No teníamos ordenador y mucho menos uno para cada ser de una casa. Llamaba a mis amigas desde el teléfono fijo y el de casa de mis abuelos, ni siquiera tenía botones.Era de rueda.
Ahora,  tengo un móvil sin teclado que se conecta a Internet cuando yo quiero, un libro electrónico que me permite leer sin papel, un ordenador que contiene mi mundo. Ya no escribo cartas, mando e-mails, mensajes o chateo de mil formas diferentes, se me olvida que existen los fijos y no tengo que esforzarme en recordar nada porque el facebook o el skype me anuncian los cumpleaños, la memoria del móvil contiene todos mis contactos, el e-book todo lo que quiero recordar... Y mientras, no hago más que aumentar mis dependencias...