Una de las realidades de este mundo es que nunca tenemos lo que deseamos y que hay que cuidar lo que se desea. Como nunca estamos conformes siempre queremos más y por eso esperamos que el teléfono suene con una voz determinada, que nos llegue un mail con un contenido específico o un mensaje con una proposición incoherentemente ilógica pero iresistible.
Pero lo que sucede es que cuando quieres que pase no sucede y por confusas leyes kármicas que nunca serán entendidas entre occidentales (pero es el Karma que lo devuelve todo), te llaman a la 1 de la mñana un miércoles o te mandan mensajes a las 2 de la noche o a la 4, por no hablar de esos que te despiertan a las 6 de la madrugada. Y cuando llaman a horas decentes (por llamarlo de alguna forma) lo hacen meses después, cuando ya nada tiene sentido... Los seres humanos somos inexplicables.
jaja Me siento nombrada...
ResponderEliminarMensajes deseados? LLamadas esperadas? Eso no pasa. al menos a mí.