Y pese a todo, todavía, por la noches y cuando paseo por el día,
mi mente me sorprende pensando,
"pero que bonita es Madrid".
Curioso pero cierto,
pese al medio año que llevo aferrándome a sus entrañas,
pese a sentirla y sentirme en ella,
todavía me sorprendo recordando la añoranza y la vida
más allá de ella.
El deseo de Madrid perdura aunque sigo en ella...
Será cosa de la edad o del cansancio...
Sin duda, ahora sé, que para mí no hay mejor lugar en
el que aullar a la luna.
Bonita ciudad!!!Y tu mas bonita aún!!!Bonita elección...besitos ;-)
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