Y ahí estás, mirando como entonces, como cuando estábamos perdidos por el mundo y me hacías desconfiar de mi misma, de mis posibilidades, de todo lo que podía conseguir... Me hacías sentir tan pequeña que llegué a creer que eras lo mejor... Hasta que me marché... Y ahora, años después, tras recorrer laberintos ocultos y visibles, reapareces como lo que eras y no como lo que deberías ser, retornas al niño (no sé si llegaste a hombres, nos perdimos hace tanto tiempo) y me tratas como lo que yo era, como lo que dejé de ser, como aquella niña que apenas recuerdo... Ahora ven si te atreves, cobarde, lucha con la mujer que he llegado a ser.
Un poco de todo y de nada, como la vida propia y la ajena... Sobre búsquedas y hastíos y caminos desandados y pérdidas sonoras...
sábado, 18 de agosto de 2012
Soy yo
Y ahí estás, mirando como entonces, como cuando estábamos perdidos por el mundo y me hacías desconfiar de mi misma, de mis posibilidades, de todo lo que podía conseguir... Me hacías sentir tan pequeña que llegué a creer que eras lo mejor... Hasta que me marché... Y ahora, años después, tras recorrer laberintos ocultos y visibles, reapareces como lo que eras y no como lo que deberías ser, retornas al niño (no sé si llegaste a hombres, nos perdimos hace tanto tiempo) y me tratas como lo que yo era, como lo que dejé de ser, como aquella niña que apenas recuerdo... Ahora ven si te atreves, cobarde, lucha con la mujer que he llegado a ser.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
Siempre hubo alguien que nos hizo sentir pequeños, tan pequeños, al que admirábamos tanto y tan por encima de todo que a una palabra suya hubieramos sido sus esclavas. Yo también tuve uno de esos y no te creas, no le guardo mucho rencor. Me encanta como lo has expresado. Besitos
ResponderEliminarSe trata de una pequeña venganza cotidiana e inofensiva...
ResponderEliminar