Abres el correo electrónico y sólo ves algo, una amalgama de caractéres que no son nada o lo son todo. Pero no lo entiendes. Piensass que más puedes hacer y pasas el traductor en varias lenguas y entre el sinsentido del programa informátcio distingues, Pekín. Lo lees. Lo vuelves a leer. Suspiras.
Y nada.
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Adelante, no seas tímido...